La aparición e intervención en las últimas décadas de la ciencia en lo relativo ha permitido demostrar los beneficios del mindfulness gracias a las resonancias y encefalogramas entre otras pruebas con base científica. Sin embargo, durante siglos las bondades de la práctica sostenida y sostenible han sido y siguen siendo una evidencia y no precisa del aval de la ciencia.
La mente occidental ha necesitado de los resultados de los métodos científicos; la mente oriental siempre se ha basado en la experiencia personal. Por ello, en este artículo aparecen algunos de los beneficios del mindfulness con aval científico, pero no son todos porque cada persona tiene una experiencia personal en su práctica, al igual que cada persona tiene su propia experiencia sobre las mejoras que percibe.
Hablar de atención plena con rigor no es solo hablar de quietud y silencio. Son muchos ámbitos de la experiencia del ser humano los que se ven afectados por la misma. Por ejemplo, podemos hablar de cambios físicos y psicológicos positivos en las personas que lo practican.
Seguro que habrás escuchado alguna vez que practicar mindfulness ayuda a reducir el estrés, dolor crónico, depresión y la ansiedad, contribuye a mejorar el sueño y hasta la relación contigo mismo y con el entorno. Incluso va más allá, porque hay científicos que demuestran que es una terapia idónea para algunas enfermedades y sus dolores, las cuales tienen una cura lenta con los métodos tradicionales.
Para entender bien qué te aporta la meditación formal continuada (porque de manera esporádica no están demostrados los resultados que te detallaré) y cómo lo hace, es importante saber primero qué es el mindfulness[1] . Si conoces, integras y desarrollas las bases de su práctica, comprenderás mejor cómo contribuye en la mejora de tu día a día en diferentes ámbitos. Por ejemplo, saber que es prestar atención a la experiencia directa de cómo es la respiración y aprender a aceptar con amabilidad los pensamientos que vienen y van, ya te da muchas pistas.
Partimos de la base de que los pensamientos, las emociones y el cuerpo nos controlan si nos encontramos con la incapacidad de poder gestionarlos, y que la práctica de mindfulness lo que pretende es desvincular estos tres elementos del ser que somos para ser solo nuestra esencia y así fluir con la experiencia del momento presente sin estar tan condicionados por nuestros pensamientos del pasado o sobre el futuro. Cuando esto ocurre, llegas al gran beneficio que domina todo lo demás que no es otro que la plena consciencia de nosotros con el entorno y lo que habita aquí y ahora dejando ir aquello que no es necesario en ese momento, creando marcos de conexión y apertura que nos permite generar estados de serenidad y amabilidad.
Somos seres humanos; no somos nuestras emociones, no somos nuestros pensamientos, no somos lo que hacemos, eso forma parte de algo mayor, que llamamos SER. Muchas veces la vida es del color que la veamos.
Los 7 beneficios principales del mindfulness que debes conocer
¿Conoces el término neuroplasticidad ? Quiere decir que nuestro cerebro está en constante evolución y cambio si lo entrenamos. Este es el motivo por el cual las estructuras y conexiones neuronales no son estáticas y nos lleva a aprender de forma constante a pesar de la edad y frenan el deterioro cognitivo. Las neuronas están activas y si les enseñamos a ir por caminos nuevos, lo harán.
Prestar atención a la respiración no solo genera tranquilidad y bienestar puntual, sino que, pasado un tiempo, modifica las autopistas neuronales y esto repercute en muchos aspectos de nuestra vida. Practicar la atención plena de forma continuada despierta zonas cerebrales que potencian la autopercepción, la imaginación (autogestionada) y la relajación, entre otros, y nos da la posibilidad de cambiar nuestra vida.
- A corto plazo: tiene efectos paliativos
- A medio plazo: supone cambios neuronales
- A largo plazo: implica una integración y evolución cerebral y física
Nestor Braidot lo resume en este video:
Ahora que sabes que el cerebro es susceptible de modificarse, veamos en detalle los siete beneficios del mindfulness que yo destaco.
1. Contribuye a tu autoconocimiento
Como te he comentado antes, si eres consciente de los tres elementos que nos rondan continuamente (pensamientos, emociones y el físico a través de las sensaciones), te conoces mejor. Son muchas las veces que nos vemos repitiendo comportamientos, con sus respectivos pensamientos y emociones, sin saber qué es lo que realmente está pasando en nosotros, pero sobre todo sin recursos para gestionarlos.
El mindfulness te permite tener más claridad sobre estos aspectos de tu experiencia, teniendo más claridad y posibilidad de autogestión y autoregulación, para crear aquello que quieres y puedes ser capaz de quererte más, de respetar quién eres, enfocarte en aquello que quieres en tu vida y todo esto desde un marco de amabilidad, con un firme compromiso de no hacerte daño gratuitamente.
Tener conciencia del ser que somos nos permite entendernos desde la esencia libre de juicio o con el menor condicionamiento posible de los juicios que emanan de nuestra mente de forma automática, involuntaria y totalmente condicionada. Así no nos dejamos llevar por elementos externos que condicionan nuestras actitudes. Y una vez que llegamos a este estado, inevitablemente gestionamos los eventos del pasado y el futuro que emergen en nuestra mente y en consecuencia síntomas que en un futuro pueden convertirse en una enfermedad o que de facto se convierten en obstáculos para vivir una vida de bienestar.
2. Mejora tu salud en general
Esta es la segunda consecuencia general de meditar porque al lograr un equilibrio personal afecta a todas las áreas de tu vida, salud, familiar, social, laboral etc. Es más, piensas desde la serenidad, disminuyes la fatiga y refuerzas el sistema inmunológico porque reduces el nivel de cortisol, la hormona del estrés. Es muy frecuente generar estrés de una forma involuntaria e innecesaria. Cada vez que nuestra mente se enfoca en el futuro de forma negativa, lo estamos generando o cuando se enfoca en experiencias del pasado que nos causaron malestar.
En muchos centros hospitalarios están incorporando esta práctica porque los beneficios del mindfulness en la salud son evidentes y ayudan a la mejora del paciente e, incluso según qué patologías, a su recuperación. Hay datos reales que lo demuestran: quienes meditan durante su proceso de rehabilitación cardíaca reducen la mortalidad en un 41% durante los primeros dos años y reducen en un 46% las tasas de recurrencia de la enfermedad de las arterias coronarias, según los estudios de Linden, Zammara y Ornish.
3. Reduce el estrés, la ansiedad y la depresión
Tanto las situaciones de nerviosismo crónico como el nerviosismo puntual ante situaciones concretas te puede llevar con el paso del tiempo a enfermedades que se somatizan en el cuerpo de una u otra forma: cefaleas, malestar lumbar, molestias digestivas, etc.
El estrés es una reacción ante un estímulo real o imaginario y tenerlo de forma puntual es normal, sobre todo porque es natural y está relacionado con la supervivencia. Pero si el estrés va a más y te atrapa más de lo normal, es un síntoma inequívoco de que hay que calmarlo, al igual que la ansiedad.
Ambos son mensajes del cuerpo que nos dice que algo no nos lo estamos tomando demasiado bien y que debemos parar y tratar. Por ello la práctica del mindfulness nos ayuda, porque aprendemos a entender y atender las situaciones cotidianas (familiares, profesionales, sociales, etc) de una manera más pausada y desde la aceptación sin juicio y con amabilidad.
Las emociones, estados como la ansiedad, la depresión, la ira o la preocupación son manejables y si llegas a lograrlo repercute de forma automática en mejorar la conciliación del sueño, la desaceleración de tu corazón y previenes ciertas enfermedades provocadas por la mala gestión de los pensamientos y las emociones.
El médico Daniel López Rosetti lo resume así:
4. Potencia la creatividad: beneficios del mindfulness en el cerebro
Como el cerebro es cambiante podemos activar y desactivar zonas con la práctica del mindfulness y llegar a su cuarto beneficio. Por ello, cuando pasan unas semanas de ejercicio se ha comprobado que la materia gris aumenta y el hemisferio derecho del cerebro desarrolla más actividad en algunas de sus áreas, por ejemplo aquellas que se vinculan con la creatividad.
Sin embargo, cuando nos dejamos llevar por las actividades automáticas podemos llegar a ser máquinas de producción que no aportan imaginación ni cuestionan de una forma amable algunas de las cosas que hacemos y tocamos. No cuestionamos, no preguntamos, no innovamos. Tener el hemisferio derecho del cerebro inactivo elimina creatividad a todo lo que abordamos y por tanto nos resta sentido y pasión vital.
El pensamiento lateral no es posible si quien manda es el hemisferio izquierdo donde predomina el pensamiento lineal, matemático, conceptual y la falta de cuestionamiento consciente. Evidentemente este pensamiento y este lado del cerebro son necesarios, así que lo ideal es que ambos hemisferios logren un equilibrio y esto es un aporte de la práctica meditativa.
5. Aumenta la concentración, atención y memoria
Los pensamientos van y viene; al cerebro le gustar saltar, escuchar y aprender lo que le interesa para su supervivencia. Hay estudios que indican que tenemos unos 60000 pensamientos diarios (30 por minuto) y, como deducirás, estos pensamientos no siempre aportan, muchos de ellos son rumiantes y si no los controlamos nos pueden afectar.
El quinto beneficio del mindfulness es que reduces los errores en tus tareas porque no realizas las actividades en modo automático o modo mono, sino con plena conciencia y con la máxima atención, concentración. Cuando haces una actividad lo abordas desde el aquí y el ahora, atendiendo y conectando con los matices de la experiencia.
Además, mejora tu memoria porque activas ciertas neuronas que estaban dormidas. Despertar a tu cerebro y darle actividad implica una mejora cognitiva.
6. Desarrolla la inteligencia emocional
Ser capaz de entenderte desde tu esencia y de forma general en un entorno, y no como un ser atrapado en un pensamiento, emociones y en acciones automáticas, propicia la resiliencia. Admitir el dolor y las situaciones adversas es parte de esta resiliencia y en general de la vida.
Cuando practicas mindfulness durante un tiempo continuado, eliminas el sufrimiento innecesario y la queja porque percibes la realidad desde una perspectiva más compasiva y positiva. Quejarse no soluciona las situaciones, entender estas y abordarlas desde procesos de aceptación, puede que no las solucione, pero la gestión de las mismas se hace mucho más llevadero, amable, consciente y genere aprendizajes vitales.
Si llegas al entendimiento de que si no aprendes a gestionar tus emociones y los pensamientos estos derivarán en malestar, depresión o ansiedad, es una muestra de inteligencia emocional. Reconocer los aprendizajes heredados, discernir sobre los que son adaptativos o desadaptativos te permite dar paso a aprendizajes nuevos, la práctica de la meditación es una aliada innegable para semejante tarea, como asegura el profesor Ronal D. Siegel
La compasión y la autocompasión nos ayuda a admitir los hechos sin juicios y sin generar sufrimiento extra, porque muchos de ellos, no están en nuestras manos cambiarlos. Las situaciones y sus consecuencias son las que son. Por ejemplo, si pierdes un ser querido, por mucho que te lamentes no volverá. En tu mano está afrontar el duelo de la manera más serena posible.
7. Calma la impulsividad
Acción – reacción. ¿Cuántas veces te has visto perder el control de la situación de forma incontrolada? Incorporar la meditación en tu vida te genera una paz interior que no se deja seducir por la impulsividad ni los cambios de humor ante ciertos estímulos. Las relaciones interpersonales y la empatía deberían estar siempre vinculadas para cohabitar en un mundo mejor. Entender el ser que somos, lleva consigo la posibilidad de entender al otro como el ser que es, esto conlleva que seamos más pacientes con nosotros mismos y con esa persona. La amabilidad y la generosidad no cuesta nada, es una actitud que deriva en relaciones humanas llenas de riqueza.
Esta es la última aportación del mindfulness que yo destaco y que viene respaldada por evidencias científicas, no por gurús ni confusas.
Estudios que avalan los beneficios del mindfulness
Es importante recordar que meditar conlleva, entre otras cosas, atender a la respiración y este ejercicio tan sencillo conlleva una serie de cambios cerebrales en los seres humanos que repercuten en el todo. Cada vez hay más avances en la neurociencia con resonancias magnéticas y electroencefalografías, como ya he mencionado, que demuestran lo que sucede en nuestro cuerpo en general y en nuestro cerebro en particular cuando meditamos.
Muchos de los estudios científicos que demuestran los beneficios del mindfulness están recopilados aquí.[1]
De todos ellos me gustaría resaltar tres investigadores que están aportando unos avances significativos en la neurociencia y, por ende, en la aportación de la atención plena.
Dr. Jon Kabat-Zin
Reducir el 35% de los síntomas médicos y un 40% los síntomas psicológicos durante cuatro años es lo que aporta el mindfulness. Lo ha demostrado el Dr. Jon Kabat-Zinn en el Centro Médico de la Universidad de Massachussets en Estados Unidos dentro del Programa de Reducción de Estrés (MBSR Program).
Dr. Herbert Benson
Benson fue un pionero en 1975 cuando hizo estudios clínicos con los budistas del Himalaya a través de los cuales demostró que los estados meditativos repercute de forma positiva en el sistema parasimpático y, por tanto, en los cambios del metabolismo, el ritmo cardíaco, la respiración, la presión arterial y la química del cerebro.
Robert Brook
Con uno de sus estudios que dirigió afirmó lo siguiente: si la meditación se incorporaba en la práctica clínica, ayudaría a bajar la presión arterial.
Y por último, sin estar relacionada directamente con el mindfulness, no puedo obviar las investigaciones de Sarah J. Blakemore.
Conclusión
Como has visto los beneficios del mindfulness no son pocos ni livianos. Practicarlo durante al menos ocho semanas te aporta tanto, que no solo lo notas de forma externa, sino que tu cerebro cambia y en este sentido, y para terminar esta exposición, destaco dos aspectos importantes que repercuten en tu felicidad:
- Reduces el tamaño de la amígdala cerebral y por tanto evitas la sensación de miedo (parálisis) y ansiedad.
- Accedes a la verdadera inteligencia emocional. La capacidad de gestionar tus emociones, pensamientos y sensaciones corporales. Permitiendo este alinearte con aquello que quieres en tu vida. .
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